Todos los días va al bosque de castaños con su cestita a buscar castañas para asar. Un día, llenó la cestita de castañas y al regresar al pueblo de dió cuenta de que eran ¡¡CARACOLES!! Tuvo que volver al bosque a dejarlos y volver a coger castañas para asarlas. Ya en su puesto gritaba: "¡CASTAÑAS ASADAS, CASTAÑAS CALENTITAS!" y todos los niños se le acercaban a comprarle un cartucho de castañas asadas.
Os dejamos unas fotos de la visita... Gracias a la mamá de Valeria Ortega.
Muy bien por Raquel, estaba auténtica vestida de castañera y gracias por dedicar un poquito de tu tiempo para contarles el cuento a los peques😘
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQue ideas tan bonitas tenéis!! Gracias por mostrarnos un poquito!!!
ResponderEliminar¡Qué guapos todos, qué absortos en el cuento, y qué castañera más auténtica!
ResponderEliminar