ESCUELA EN FAMILIA

EL PERIODO DE ADAPTACIÓN EN EDUCACIÓN INFANTIL

CEIP. LA SANTA CRUZ (ALMUÑÉCAR, GRANADA)


8 MANERAS SENCILLAS PARA PREPARAR A TU HIJO/A EN SUS PRIMEROS DÍAS DE COLE


Para muchos niños y niñas los primeros días de cole suelen ser angustiosos ya que, de repente, el niño se encuentra en un entorno desconocido, lejos de sus figuras de seguridad y sin contar con la confianza que tienen sus padres de que todo va a ir bien. Como la situación de cada niño/a es particular, me he centrado en unas pautas generales que, aunque no se adaptarán a todos los casos, pueden ayudar a la mayoría. Las medidas que puedes leer a continuación no son tan determinantes pero, sin lugar a dudas, ayudan a una adaptación respetuosa:


1. ANTICÍPALE A LO QUE VA A OCURRIR


  • Tener previsto una persona de apego para cuando se le solicite desde el centro un cambio de ropa de su hijo/a. 

2. UN CENTRO CON UN PERIODO DE ADAPTACIÓN RESPETUOSO

Ésta es la medida que más va a ayudar al niño a adaptarse a cole.
Existen varios modelos de adaptación respetuosa. El que más me gusta es el que se recoge en nuestro PLAN DE ACOGIDA que empieza en el mes de marzo con la actividad de Puertas Abiertas en donde se pide a los padres que se acerquen un día a nuestro centro y a la futura aula de su hijo/a mientras ellos observan y exploran junto con otros niños pero con la figura de apego primario siempre a la vista. Este día debe dejar un buen recuerdo del cole.



  • Respetar la decisión del tutor/a  y del centro de modificar el horario del periodo de adaptación de  su hijo/a, EN CASO NECESARIO, para facilitar el mismo de manera menos traumática.

3. ENTRENA EL CAMINO AL COLE EN LOS DÍAS PREVIOS

Sabemos que muchos niños experimentan ansiedad, no sólo por la separación de los padres, sino también por incorporar nuevas rutinas a su vida. Por ese motivo, todos los cambios que podamos ir adelantando ayudarán al niño a sentirse más seguro. Si durante la semana previa a comenzar el cole, hacéis el paseo hasta el centro  o echáis un vistazo al patio de recreo cuando aún hay alumnado, el niño se acostumbrará al recorrido y se sentirá más preparado para lo que se encontrará.


4. FAMILIARÍZALO CON SU NUEVA ACTIVIDAD

Echad un vistazo al FACEBOOK del centro, PÁGINA WEG o BLOG DE AULA (SEÑO LOLA BLOG) y comentar las fotos y actividades, especialmente de 3 años.

5. ¿CONOCÉIS A ALGÚN NIÑO QUE VAYA A ESTAR EN SU MISMA CLASE?

Comparte algunas tardes de juegos con ese niño. Aunque hasta los 3 ó 4 años los niños no interaccionan mucho, desde los 2 años comienzan a desarrollar familiaridad con otros niños.

6. LLEVA LA INICIATIVA CON EL MAESTRO/A

En los primeros días de clase, no te agaches para animar a tu hijo/a saludar a su maestra nada más conocerla. El niño siempre se va a guiar por tu ejemplo y depositará su confianza en quien tú la deposites.
Dirígete al maestro/a con confianza y preséntate con una sonrisa abierta. Si hace falta intercambia un par de frases sobre las vacaciones o de la ilusión por un nuevo comienzo en el cole antes de dar paso a cualquier información sobre el niño.

7. REPASA LO QUE HAN VISTO Y HECHO EN LA ESCUELA

Los niños pequeños tienen una pobre memoria a largo plazo por lo que las cosas que han hecho o visto durante el día pueden caer en saco roto. Para suplir esta escasa consolidación del recuerdo, la mejor estrategia es repasar lo visto y hecho durante el paseo o el camino de vuelta a casa.

8. TRATA TODOS ESTOS TEMAS DE MANERA POSITIVA

Después de separarse de sus padres lo que más asusta a un niño es ver a sus padres asustados. 
Cuando habléis de la escuela, hacedlo en POSITIVO. Si habéis podido conocer a su maestro/a, destacad sus aspectos positivos como que era muy simpática, que se agachó a saludarle, que le gusta dibujar como a su hijo/a,...
Cualquier detalle positivo que recordéis juntos ayudará al niño a vivir la transición como algo positivo y, sobre todo, a evitar que el niño detecte temor en ti. Para esto último, también conviene no dedicar mucho tiempo al día a estas cuestiones y limitarlo a un par de conversaciones puntuales, con una actitud despreocupada, confiando siempre en los profesionales que acogeremos a tu hijo/a.

(Adaptado de Álvaro Bilbao- Autor de "El cerebro del niño explicado a los padres").




10 FRASES POSITIVAS PARA LOS 

NIÑOS


¿CÓMO MOTIVAR A LOS NIÑOS?



LAS RABIETAS





ACTIVIDADES DE MOTRICIDAD FINA

Llenar una cartulina con sus manitas pintadas o rasgar papeles sólo sirven para desarrollar correctamente la habilidad y destreza motriz fina de los niños cuando se corresponden con su edad y se reconoce el área que se está reforzando.

Todas las actividades motrices que nos recomiendan son buenas, pero para su mejor aprovechamiento puede ver aquí algunas de esas actividades, sólo que clasificadas según las edades de los niños y el tipo de destrezas que desarrollan.

No sólo te serán útiles si eres profesora de inicial, sino también como mamá, para incluirlas en la rutina de tu hogar y en los valiosos momentos que puedes estar con tu hijo.

Las áreas que se consideran son cuatro: presión y prensiónautonomía,coordinación ojo-mano y tonicidad muscular. Las edades de referencia van de 1 a 5 años.

Presión/prensión

1 año:  armar torres con cubos grandes. Presionar o estrujar juguetes sonoros. Pasar las páginas de un libro de hojas gruesas.
2 años: apretar pelotas antiestrés. Abrir y cerrar envases a presión. Hacer rodar objetos. Jalar, empujar, trasladar objetos.
3 años: trasvasar semillas de diferentes tamaños para estimular función de "pinza" con dedos. Abrir y cerrar envases de tapa rosca. Utilizar plumones y tijeras.
4 años: adherir plastilina por caminos marcados o sopreponerlos a presión. Colocar ganchos a presión alrededor de un plato de cartón. Utilizar pinceles o plumones.
5 años: utilizar lápices y acuarelas. Presionar goteros para trasvasar líquidos gota a gota.

Autonomía

1 año: coger un vaso para beber con ambas manos.
2 años: desvestirse solo o con poca ayuda. Comer solo. Uso del "pega-pega" en la ropa.
3 años: desvestirse solo y ponerse polo, pantalón y zapatos.
4 años: Abotonar y desabotonar. Desvestirse solo y ponerse polo, pantalón y zapatos.
5 años: hacer nudos. Desvestirse y vestirse solo completamente. Atarse los pasadores.

Coordinación ojo-mano

1 año: coger objetos presentados a diferentes distancias. Encajar siluetas planas.
2 años: lanzar pelotas dentro de una caja de boca ancha.
3 años: tiro al blanco. Jugar a mandar y recibir pelotas. Encajar formas con objetos.
4 años: encajar formas en objetos y dibujos. Recoger confeti o pica pica con escoba y manos para depositarlo en envase.
5 años: encestar pelotas en un aro. Embocar una pelota unida con hilo al vaso. Copiar modelos de figuras dibujadas.

Tonicidad Muscular

1 año: encajar objetos de diferentes tamaños unos dentro de otros. Utilizar títeres hechos de cajas para ejercitar la rotación de la muñeca.
2 años: modelado con masa de sal. Introducir objetos por ranuras. Juegos digitales. Uso de títeres de bolsas y de peluche para abrir y cerrar las manos.
3 años: juegos digitales. Rasgar papel. Colocar palos sobre una base. Modelado con agua y harina.  Uso de titeres de cajas plegadas para estimular la función "pinza" con sus deditos.
4 años: modelado con harina y agua. Abolillado de papel. Enlazar eslabones y clips. Juegos digitales. Uso de títeres de dedo para estimular la independización de cada dedo.
5 años: modelado con arcilla. Punzado, pasado y costura. Enrollado de serpentina. Juegos digitales. Uso de títeres de guante para dedos pulgar, medio e índice.




5 CONDUCTAS

 INFANTILES QUE 

NO SE 

DEBEN PASAR 

POR ALTO


Educar a un niño no es una tarea sencilla, requiere de una buena dosis de paciencia y otra de perseverancia. No obstante, la clave radica en disciplinar con amor. Los niños necesitan tanto ser queridos y aceptados como saber lo que se espera exactamente de ellos. Por eso, existen determinados comportamientos que los padres no deberían pasar por alto, a los cuales es mejor ponerles coto cuanto antes.

Conductas infantiles que no se deben pasar por alto:

1. Comportamientos agresivos

Los niños suelen tardar un poco en desarrollar su capacidad de autocontrol, por lo que es normal que en ocasiones reaccionen impulsivamente. Sin embargo, si este tipo de comportamiento se vuelve habitual y además, el niño tiende a golpear, empujar o insultar a otros pequeños o incluso a los adultos, deberías tomar cartas en el asunto. Las conductas agresivas son un signo de que algo no va bien e indican que el niño no es capaz de expresar de forma asertiva lo que siente. En ese caso, debes hablar con tu hijo para intentar descubrir qué le pasa. También puedes enseñarle algunas estrategias de relajación y de control de los impulsos que le ayuden a gestionar mejor su ira.

2. Demasiadas rabietas

Es normal que un niño pequeño tenga rabietas ocasionales ya que estas son un reflejo de su incapacidad para regular sus impulsos y expresar sus emociones. Sin embargo, si las rabietas ocurren con demasiada frecuencia es probable que estés consintiendo demasiado a tu hijo y que esté desarrollado una baja tolerancia a la frustración. Si es el caso, la solución no radica en ignorar las rabietas (esta estrategia solo es eficaz cuando los niños las utilizan para llamar la atención), sino buscar su causa e intentar solucionar el problema que se encuentra en la base.

3. Desobediencia constante

Si tu hijo no te presta atención y desobedece tus órdenes a menudo, no debes pasar esta conducta por alto. Una actitud rebelde y desobediente no desaparecerá por sí sola con el paso del tiempo y al final lo más probable es que tu hijo se convierta en un niño problemático y difícil de controlar. Por eso, debes empezar a poner normas claras y, sobre todo, hacerlas cumplir. Si tu hijo no quiere recoger su habitación después de jugar, no le permitas salir con los amigos. Si no quiere estudiar, no le dejes ver la televisión. Si permites la desobediencia cuando aún es pequeño, es probable que cuando crezca ya no puedas controlar la situación.

4. Fingir que no te escucha

Se trata de una de las conductas rebeldes más usuales en los niños y una de las que más molesta a los padres. Sin embargo, el hecho de que llames a tu hijo varias veces y finja que no te escucha es mucho más serio de lo que puede parecer ya que a la larga puede convertirse en un niño desafiante que hace oídos sordos a tus órdenes, consejos o peticiones. Para evitar este comportamiento, cada vez que le hables al niño, acércate y míralo directamente a los ojos, así no podrá evitarte. El hecho de mantener un contacto visual hará que le resulte más difícil pasar por alto tus palabras.

5. Mentir con frecuencia

A los niños les cuesta distinguir la realidad de la fantasía, por lo que es normal que en ocasiones inventen historias que nunca ocurrieron. Sin embargo, si el niño miente a propósito, para lograr un objetivo concreto, como echarle la culpa de su mal comportamiento a otro o para librarse de un castigo, deberías hacer algo al respecto. Tu hijo debe aprender desde temprano que las mentiras no son una opción para evadir su responsabilidad.


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